Alux (del maya alux). Para el imaginario maya en la península de Yucatán y en ciertos lugares de Belice y Guatemala, es el equivalente al elfo, el duende germánico, y como él se dedica a robar niños, ganado y a hacer todo tipo de diabluras.
En lengua maya el plural de alux es aluxo'ob, aunque en la mayor parte de México el plural se forma como en español: aluxes. Es el nombre dado al duende o espíritu en la tradición mitológica de algunos pueblos mayas de la península de Yucatán y Guatemala. Se cree que los aluxo'ob o aluxes son pequeños, con una estatura que sólo se acerca a la altura de las rodillas de una persona normal, y con la apariencia de personas miniatura, tradicionalmente vestidas a la usanza maya. La tradición sostiene que los aluxes no son invisibles generalmente pero pueden asumir forma física con el propósito de comunicarse o espantar a los humanos así como para congregarse entre ellos. Están asociados generalmente con lugares de la naturaleza tales como los bosques, cuevas, piedras, y los campos pero también pueden ser engatusado a moverse hacia algún lugar por ofrendas. Su descripción y papel mitológico, como por ejemplo las artimañas que ellos juegan, son muy semejantes a las que tienen otras entidades míticas en varias otras tradiciones culturales (tal como el leprechaun celta o el chaneque totonaca).Se dice que habitan en los cenotes y grutas
Algunos mayas contemporáneos aún creen que los aluxes son convocados en cuanto un campesino construye en su propiedad una especie de altar en una casita conocida como kahtal alux o "la casa del alux", normalmente en su milpa. Durante siete años, los aluxes ayudarán a crecer el maíz, llamar la lluvia y vigilar los campos de noche, silbando para espantar a los animales de rapiña o delatar a los ladrones. Al final de los siete años, el granjero debe cerrar las ventanas y las puertas de la casita, sellando al alux dentro. Si esto no es así, se puede perder el control sobre el alux y éste empezará comportarse de forma agresiva en contra de las personas.
Algunos mayas contemporáneos aún consideran que los altares les son útiles en sus labores de campo (aunque sus orígenes y el propósito verdaderos de estos les sean desconocidos).
Además, existen relatos indicando que los aluxo'ob se detienen ocasionalmente en los caminos para pedir a los viajeros una ofrenda. Si ellos se la niegan, el alux a menudo causará estragos y extenderá enfermedades. Sin embargo, si sus condiciones son aceptadas, el alux protegerá a la persona de los ladrones y aún, le traerá buena suerte. Si son tratados con respeto, pueden ser muy útiles.
Se dice en los relatos que no es bueno llamarlos en voz alta, ya que se podría sin querer convocar a un alux malhumorado.
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