Esta fue la primera película en color del director, que supone un ahondamiento en el cine de vampiros muy de moda en aquella época debido a las películas de la legendaria productora de cine de terror Hammer Productions.
Se trata de un homenaje al género de vampiros en clave de humor y con cierto toque erótico. Rodada en un entorno magnífico que, según algunos, supera otras recreaciones del propio género. Polanski se reserva uno de los papeles protagonistas, junto a la que sería su esposa, Sharon Tate.
Como curiosidad añadida a la película, mencionar que en ningún momento del film se nombra la palabra "vampiro", y que los seres chupasangres a los que se enfrentan, tampoco hacen algún comentario al respecto de su naturaleza. Se les define únicamente como "ellos"
En la pelicula vemos como el profesor Abronsius (Jack MacGowran) y su ayudante Alfred (Roman Polanski) llegan en el invierno a una población remota en Transilvania motivados por los extraños sucesos que allí ocurren, los cuales generan sólidas sospechas sobre la posible presencia de vampiros. Se alojan en la posada de Shagal (Alfie Bass), su esposa Rebeca (Jessie Robins) y su hija Sara (Sharon Tate). Pronto Alfred se enamora de Sara, pero ella desaparece y comienza a extenderse el rumor de que ha sido secuestrada por algún vampiro.
Próximo al pueblo, existe un castillo en el que habita un aristócrata, el conde von Krolock (Ferdy Mayne) y su hijo Herbert (Iain Quarrier).
El profesor es un investigador del vampirismo y desea encontrarse con uno cara a cara, para poder estudiarlo con la certeza de lo verificable.
Él y su ayudante Alfred entran al castillo tras las huellas de Sara, la hija extraviada del posadero, y en la búsqueda de respuestas científicas al fenómeno de los no-muertos. Respuestas que al fin encontrarán, durante un inesperado baile que le da el título a la película.
A continuación un fragmento de la película:
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