El hombre y el mar (L'homme et la mer) es un poema maldito del escritor francés Charles Baudelaire, publicado en la colección de poemas de 1857: Las flores del mal (Les fleurs du mal).
L'homme et la mer, Charles Baudelaire (1821-1867)
Hombre libre, ¡tú siempre preferirás la mar!
es tu espejo la mar; y contemplas tu alma
en el vaivén sin fin de su lámina inmensa,
y tu espíritu no es menos amargo abismo.
Y gozas sumergiéndote al fondo de tu imagen;
tus miembros la acarician y hasta tu corazón
se olvida por momentos de su propio rumor
ante el hondo quejido indomable y salvaje.
Ambos sois tenebrosos a la vez que discretos:
Hombre, nadie ha explorado tus abísmales fondos,
¡oh mar, nadie conoce tus íntimas riquezas,
Tanto guardáis, celosos, vuestros propios secretos!
Y entretanto han pasado innumerables siglos
desde que os combatís sin tregua ni piedad,
hasta tal punto amáis la muerte y la matanza
¡oh eternos gladiadores, oh implacables hermanos!
Charles Baudelaire (1821-1867)
1 comentarios:
El poema está compuesto por cuatro estrofas. Predomina en este poema el apóstrofe: ¡Hombre libre…!. El poeta le habla a un tú, al lector, al hombre libre que adora el mar como si fuera un espejo de su alma y las olas una metáfora de su vida continuamente en movimiento buscando una realidad que le salve del abismo del disgusto existente.
A través de los sentidos intenta el hombre capturar la esencia de la vida, es decir, la poesía que se esconde tras la naturaleza: el mar, como la poesía, ambos guardan sus secretos, son discretos y tenebrosos. La voz poética que se esconde en la naturaleza (en el mar, en este poema) no se puede capturar y el tiempo va pasando precipitando al hombre a la muerte y al caos.
El hombre lucha en combate eterno con la poesía, con la esencia de las cosas: esta lucha la representa con la última metáfora en el combate entre el hombre y el mar. Así pues, lo podemos ver en la última frase, “luchadores eternos, hermanos implacables”.
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