En mitología y religión, y en particular en la griega, el término ctónico (del griego antiguo χθόνιος khthónios, ‘perteneciente a la tierra’, ‘de tierra’) designa o hace referencia a los dioses o espíritus del inframundo, por oposición a las deidades celestes. A veces también se los denomina telúricos (del latín tellus).
La palabra griega χθών khthốn es una de las varias que se usan para ‘tierra’ y se refiere típicamente al interior del suelo más que a la superficie de la tierra (como hace γαιη gaie o γε ge) o a la tierra como territorio (como hace χορα khora). Evoca al mismo tiempo la abundancia y la tumba.
Las divinidades ctónicas pertenecen a un viejo sustrato mediterráneo, identificado más obviamente con Anatolia; llamada tambien Asia menor. Los ciclos de la naturaleza, los de la vida y la supervivencia tras la muerte están en el centro de las preocupaciones que traducen.
La arqueología revela especialmente en los lugares de posibles santuarios y en las tumbas de la época neolítica tambien conocida como Nueva Edad de Piedra y de la Edad de Bronce los ídolos actualmente calificados de Grandes Madres o Madres-Tierra, supuestamente relacionados con los cultos a la fecundidad y la fertilidad. La relación de estos objetos con los de otros sitios (notablemente Anatolia) sugiere que esta antigua religión mediterránea asociaba esta diosa con un toro o un cordero, tema que permanecerá largamente en la región.
En Creta, el supuesto culto a esta Gran Diosa se transforma durante el II milenio a. C. a medida que aparecen nuevos actores: diversos animales, plantas, etcétera. Toda una muchedumbre de demonios guía a los dioses, tales como los Curetes o los Dáctilos, que se expanden en esta época y tendrán numerosos descendientes en la mitología griega (quimeras, gorgonas, sirenas, etcétera). La misma Diosa Madre se duplica sin duda como madre e hija, como será más tarde el caso de sus herederas Deméter y Perséfone.
El santuario de los Grandes Dioses de Samotracia albergaba un culto mistérico dedicado a un panteón de divinidades ctónicas de las que la más importante era la Gran Madre.
En Acragas (actual Agrigento) hay un templo dedicado a las divinidades ctónicas.
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