El vampiro moderno; John George Haigh
El
asesino en serie John George Haigh conocía
el poder de la imagen monstruosa de incitar terror en las mentes de la gente, y
aún hoy es citada como un asesino que bebía una taza de sangre de sus víctimas
antes de deshacerse de sus cuerpos. Él ha encontrado en casi todas las listas
de "vampiros modernos", que
da fe de su propia intuición en lo lejos que su leyenda llevaría. Sin embargo,
no hay evidencia de que él tenía un fetiche y un montón de razones para creer
que fue la simulación de una enfermedad mental que podría conseguir lo enviaron
a una institución mental.
Cuando fue arrestado en Inglaterra en 1949 por el posible asesinato de una
mujer desaparecida, la primera pregunta se refería a Haigh sus posibilidades de salir de la institución mental local.
Muy pronto se lanzó a una confesión detallada que participan matando a seis
personas para beber su sangre. Dijo que los atrajo en un área de almacenamiento
y luego golpearlos en la cabeza para matarlos. Luego se cortó una arteria
abierta en la garganta y llenar un vaso con sangre para beber: “ingerir sangre fresca le hacía sentirse
mejor”. Luego se disolvería el cadáver en grandes tambores llenos de ácido.
Tenía que hacerlo, afirmó. Él no pudo evitarlo
Sin embargo, no hay pruebas claras de que cada crimen fue cometido cuando Haigh estaba en deuda y no hay
evidencia de que actuó bajo una compulsión. De hecho, de los 12 médicos que lo
examinaron solo uno pensaba que tenía una aberrante condición mental, paranoia egocéntrica-. Los otros
creyeron que estaba inventando todo.
Creían que había sido una táctica para sorprender al público a aceptar que
sólo podía ser un enfermo mental para que pudiera evitar la pena de muerte. Se
había planteado antes, como un médico, un abogado y un ingeniero cuando
convenía a sus propósitos. En este caso, se hizo pasar por una persona
psicótica que bebían sangre.
Pero no funcionó. Mientras esperaba su ejecución en la cárcel, tres
psiquiatras más lo examinaron y aun así no pudo encontrar pruebas de que tenía
una compulsión de beber sangre.
Si bien es poco probable que Haigh
fuera psicótico cuando mató a sus víctimas, hay algunos cuyas manifestaciones
psicóticas son realmente dirigidas por lo que saben acerca de los vampiros.
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