Wendigo

El Wendigo (también conocido como windigo, windibum o witiko) es una criatura o espíritu propio de la mitología de los indios algonquinos y otros grupos afines culturalmente, que se supone habitaría en los bosques más septentrionales y profundos del continente americano. Aparentemente es una personificación de la llamada atávica -y la fascinación rayana en la locura- que los bosques profundos y la naturaleza más salvaje provoca en los hombres y, en su faceta más oscura, un mito para explicar la bestia en la que se puede convertir un ser humano cuando hace caso de dicha llamada. Este mito podría estar relacionado con historias entre los pueblos indios acerca de casos de canibalismo para sobrevivir a los duros inviernos de estas duras zonas del continente.

En psiquiatría se ha considerado la psicosis por windigo como un caso de psicosis particular y propia de una cultura (en este caso la amerindia).

El Wendigo se personifica unas veces como el viento sobre las copas de los árboles o como un espíritu, otras como un ser musgoso que habita en lo profundo del bosque, otras como una terrible criatura mitad bestia mitad hombre. El Wendigo "llama" a sus presas por su nombre, y cuando éstas oyen su llamada no pueden evitar el correr a las profundidades del bosque y perderse para siempre.

Mitos:

Ya que hay muchas historias y cuentos sobre el wendigo, se da hincapié a muchas cosas. Se cree en muchas cosas tanto del mundo sobrenatural como son los espíritus malignos como un gran monstruo que vive en los bosques o en las montañas heladas. También el wendigo se manifiesta cuando el hombre come la carne de otro hombre. supuestamente absorbe su fuerza y espíritu; ésta acción causa en el individuo poseído por el Wendigo un hambre que no se puede saciar con nada y lo único que quiere es comer mas carne humana ya que el hambre a su vez crece y crece hasta que el hombre muere ya que no existe algún exorcismo eficaz contra la posesión de un wendigo. En el famoso cuento de Algernon Blackwood titulado "El Wendigo", aparece como un ser temido por los indígenas de los bosques del norte de América, comedor de musgo y no de humanos. Personifica la llamada atávica de la naturaleza al animal que supuestamente llevamos todos dentro, ya que sus víctimas oyen una voz que les llama, y como hechizadas, inician una alocada carrera que les conduce a lo más profundo de las selvas boscosas del Gran Norte a gran velocidad (y altura), quemándose sus pies (que se convierten en garras) y sangrando sus ojos.

Las leyendas acerca del Wendigo son numerosas, así en unas es una personificación de un gran cazador que se perdió en el bosque y por alimentarse con carne humana fue castigado y se transformó en algo parecido a un zombie, con grandes manos con garras y muy ágil, que se alimenta de carne humana. En otras se dice que es un espíritu del bosque, corpulento y con pelo blanco, que se alimenta de musgo. En casi todas se cuenta que comía guerreros que se aventuraban demasiado en los grandes bosques desiertos y helados del norte de Estados Unidos y Canadá y que se perdían en los mismos.

Sin embargo, existen otras interpretaciones más felices de este ser, convirtiéndolo en un mero acompañante de los viajeros. Cuando una persona viaja sola por el bosque, el wendigo la sigue y desaparece cuando el mismo se vuelve para cerciorarse de si hay alguien a su espalda. En estas interpretaciones el wendigo es totalmente inofensivo en sí mismo, pero el miedo que puede provocar lleva a la pérdida del viajero en el bosque o a su despeño por un precipicio.

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