La Guajona o Lumia es un monstruo mitológico muy conocido por las leyendas tradicionales cántabras (españolas). Según algunas personas el nombre proviene del aumentativo del bable guaxa ("bruja").
La creencia supersticiosa estima que es una vieja delgada tapada de la  cabeza a los pies con un manto negro; sus manos son sarmentosas y los  pies patas de ave; su cara es amarilla, consumida, rugosa, peluda y con  verrugas; sus ojos son diminutos y brillantes como estrellas, la nariz  aquilina y la boca provista de un único diente negro, largo y  afiladísimo que le llega hasta debajo de la barbilla y utiliza para  sorber sangre. Sólo sale de noche ocultándose entre las sombras y se  desconoce dónde duerme de día, aunque se sospecha que se esconde bajo  tierra. Entra en las casas sin hacerse notar y se acerca en silencio a  los niños y jóvenes sanos dormidos para chuparles la sangre clavándoles  en vena su diente, aunque no los mata, sino que los deja casi exangües,  de forma que se despiertan fatigados, pálidos y descoloridos por la  mañana. No ataca a los viejos o adultos. Se trata de uno de los escasos  mitos o leyendas sobre vampiros que existen en España, junto al del Conde Estruch.

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