Este libro plantea varias preguntas, pero una de las principales es: ¿Estamos libres de prejuicios a la hora de concebir y expresar nuestras ideas?.
Esther Vilar lo niega rotundamente en esta obra y para justificar su postura, contraria al planteamiento de la mayoría, desmonta esta falsa creencia y desvela los numerosos tabúes que nos impiden pensar por nosotros mismos. "El ensayista ideal es siempre un anarquista", afirma la autora en la introducción, y, fiel a esta premisa, echa por tierra con sus análisis desmitificadores ideas que nos han sido impuestas, sin que las hayamos cuestionado nunca, sobre temas tan controvertidos como la criminalidad, las creencias religiosas, el feminismo, el matrimonio o la homosexualidad.
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