Frases de Paracelso

Philippus Aureolus Theophrastus Paracelsus Bombastus von Hohenheim, conocido como Paracelso (1493 - 1541) fue un alquimista y médico Suizo.

Fue el iniciador de la química farmacológica y se adelantó en la marcha de la medicina hacia las ciencias naturales. La continuidad histórica se va a establecer en el siglo XVII con una nueva corriente: la iatroquímica. Se anticipó a todos en la experimentación de vacunas, la descripción de la pneumoconiosis, el descubrimiento de la relación entre cretinismo y bocio y el empleo del hierro y otras substancias inorgánicas en la terapéutica; además, introdujo la noción de enfermedades metabólicas con la idea de enfermeades tartáricas, en que el tártaro, el veneno, aparecía depositado en los órganos, y la idea de substancias químicas como fármacos específicos.

Creador de la palabra espagiria: "separar para volver a reunir de una forma nueva" y desarrolló a través de ella: sales, elixires, tinturas, piedras vegetales y otros preparados que apuntan a la sanación en forma holística. Sus remedios nunca operaron solamente sobre los síntomas corpóreos de la enfermedad, sino también sobre las causas espirituales de las enfermedades.


  •  La naturaleza es el gran médico y el hombre posee a éste en sí mismo.
  • Todo lo que sé, me lo han enseñado las brujas.
  • Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve... Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor... Quien cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas nada sabe acerca de las uvas. 
  • Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis.
  • Que no sea de otro quien puede ser dueño de sí mismo.
  • Es médico quien sabe de lo invisible, de lo que no tiene nombre ni materia, y sin embargo, tiene su acción.
  • Solamente una persona, lo suficientemente inteligente como para comprender el mensaje elíptico de mis frases, logrará alcanzar el grado máximo de sabiduría, para trabajar como Dulce quiera.
  • Quien conoce ama. Y quien ama es feliz.
  • Esto prometo: ejercer mi medicina y no apartarme de ella mientras Dios me consienta ejercerla, y refutar todas las falsas medicinas y doctrinas. Después, amar a los enfermos, a cada uno de ellos más que si de mi propio cuerpo se tratara. No cerrar los ojos, y orientarme por ellos, ni dar medicamentos sin comprenderlo ni aceptar dinero sin ganarlo.
  • El médico debe ser el auxiliar de la naturaleza, no su enemigo.
  • Sólo la dosis hace el veneno.

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