La venus de las pieles (Venus im Pelz) es una novela corta del escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch, que forma parte de la saga El legado de Caín,
que Sacher-Masoch quería crear en seis libros, con seis historias
diferentes en cada uno divididas en seis temáticas: el amor, la
propiedad, el estado, la guerra, el trabajo y la muerte. Fue publicada en 1870.
Se dice que
Sacher-Masoch se inspiró probablemente en La comedia humana de Balzac. Sacher-Masoch nunca consiguió completar El legado de Caín. La venus de las pieles forma parte del libro dedicado al amor, siendo de éste su quinta historia.
Los temas y personajes de la novela están basados en la propia vida y
experiencias de Von Sacher-Masoch. El nombre de Wanda von Dunajew (la
venus de la novela) sirve para encubrir una ficcionalización de la
escritora Fanny Pistor, la cual contactó con Sacher-Masoch, que era un
conocido escritor en la época, bajo el título ficticio de baronesa
Bogdanoff, para pedirle su opinión acerca de sus escritos.
En diciembre de 1869 Leopold y Fanny firmaron un contrato que
convertía al primero en esclavo de la segunda durante un periodo de seis
meses, con la condición de que la baronesa se vistiera de pieles en
tantas ocasiones como pudiera, y especialmente si se sentía
especialmente "cruel". Sacher-Masoch, tomando el alias de “Gregor,”
nombre estereotípico de los sirvientes masculinos, se hizo pasar por el
sirviente de la baronesa y juntos viajaron hasta Venecia (Florencia
en el libro) él viajando en tercera clase, ella en primera. En Venecia,
donde no eran conocidos podían hacer lo que quisieran sin levantar
sospechas.
En la novela el protagonista, Severin von Kusiemski, cuenta la historia de su
relación con Wanda von Dunajew, al narrador de la historia, después de
que éste a su vez le contara su conversación en sueños con una Venus
cubierta de pieles, posiblemente inspirada por el cuadro colgado en el
despacho de Severin, que retrata a ésta Venus y su sirviente. Severin
cuenta como se había enamorado de una mujer, Wanda von Dunajew, a la que
extorsiona para conseguir que le trate como su esclavo, en formas cada
vez más humillantes: “El dolor posee para mí un encanto raro, y que nada
enciende más mi pasión que la tiranía, la crueldad y, sobre todo, la
infidelidad de una mujer hermosa”. Wanda, enamorada, aunque reluctante
acepta su petición: “Tengo miedo de no poderlo hacer; pero lo ensayaré
por ti, bien mío, a quien amo como nunca amé a ninguno”.
Severin
describe sus sensaciones durante esta etapa como "suprasensuales".
Llaman la atención los detalles fetichistas como la vestimenta de cuero o
piel asociada a la dominación e incluso la firma de un contrato de
sumisión. Por otro lado, Severin convence a Wanda para que le sea
infiel, pues considera que no hay castigo mayor para un hombre que ese.
La relación toca a su fin cuando en una de sus infidelidades Wanda
encuentra un hombre por el cual le gustaría dejarse dominar.
Wanda, dubitativa al principio, se va corrompiendo progresivamente
por la sexualidad masoquista de Severin, hasta el punto de disfrutar con
lo que anteriormente la turbaba: “Es usted un corruptor de mujeres,
Severin”.
La venus de las pieles: Leopold von Sacher-Masoch
En el siguiente enlace se puede ver o descargar en PDF:
http://www.mazmorra.org/Biblioteca/venus_pieles.pdf
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