A través de mi brotan voces prohibidas,
voces del sexo y del apetito,
voces veladas y yo aparto el velo
voces indecentes, clarificadas,
transfiguradas por mí.
Cubro mis labios con la mano,
Me conservo tan puro en las entrañas
como en la cabeza y el corazón,
La cópula no es para mí más vergonzosa
que la muerte.
Yo creo en la carne y en los apetitos,
Ver, oír, tocar, son milagros,
y cada parte de mí es un milagro.
Walt Whitman (1819-1892)
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