Todo aquello que nace de mortal
debe consumirse con la tierra,
para alzarse libre de la generación.
¿Qué tengo que ver yo contigo?
Los sexos nacieron de la vergüenza y el orgullo:
surgieron con la mañana y en la tarde murieron;
pero la Misericordia transformó la muerte en sueño:
los sexos se levantaron para trabajar y llorar.
Tú, Madre de mi padre mortal,
con crueldad forjaste mi corazón
y con falsas lágrimas, engañándote,
encadenaste mi nariz, mis ojos y mis oídos.
Paralizaste mi lengua con la insensible arcilla
y me entregaste a la mortalidad.
La muerte de Jesús me hizo libre.
¿Qué tengo que ver yo contigo?
William Blake (1757-1827)
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