Bast: Que
Lovecraft era un colgado de los gatos es algo que todo
mitólogo sabe. Así que para su
cosmología, optó por adoptar a la diosa egipcia de los felinos, también llamada
Phast o Bastet. Como en las pinturitas de las pirámides, es fácilmente reconocible por parecer una atractiva mujer, salvo por el detalle de que su cabeza es
gatuna. Aunque no habla de ella directamente, la deja entrever en
‘Los Gatos de Ulthar’.
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