Ladrón de cadáveres: 1956

Ladrón de cadáveres, es un película mexicana de horror, esta versión fue en blanco y negro, con una duración aproximada a 86 minutos, es considerada una de las 100 mejores películas de horror mexicano, ocupando el puesto numero 49, fue estrenada en 1956.

Esta versión fue grabada bajo el sonido Monoaural-es el sonido que solo está definido por un canal (ya sea una grabación captada con un solo micrófono o bien una mezcla final) y que origina un sonido semejante al escuchado con un solo oído.-, esta película es una edición de Jorge Bustos y dirigida por Fernando Méndez en la producción de Sergio Kogan.

La trama de la película esta hecha en el ambiente de la lucha libre se suscita una serie de eventos misteriosos relacionados con la desaparición de algunos cadáveres. La policía infiltra a Guillermo Santana, convertido en el enmascarado "Vampiro", como cebo para atrapar al ladrón. Pero las cosas salen mal y Guillermo termina convertido en un monstruo al servicio del malvado Panchito, quien se hace pasar por un inofensivo vendedor de lotería. 

Con el asesinato de varios luchadores y la desaparición de sus cadáveres se inicia una investigación policiaca bajo la dirección de un inspector (Crox Alvarado). Un joven gladiador del ring (Wolf Ruvinskis) se ofrece como carnada al criminal, haciéndose pasar por un púgil enmascarado llamado "El Vampiro". El responsable de los crímenes es un científico (Carlos Riquelme), que se hace pasar por Don Panchito, un ancianito que vende loterías en el gimnasio donde entrenan todos los púgiles.

Desde el inicio de la película, con dos oscuros personajes profanando por la noche un sepulcro y llevándose un cadáver, la película nos refiere visualmente al inolvidable FRANKENSTEIN (1931) de James Whale. La trama seguirá gravitando en torno a ese tópico, ya que el científico se dedica a matar atletas excepcionales para transplantarle el cerebro de un simio, y posteriormente resucitar el cadáver. Pero como sus experimentos fracasan uno tras otro, se disfraza de Don Panchito, y se infiltra en el gimnasio, para estar cerca de sus potenciales víctimas. La aparición del nuevo luchador, el Vampiro, supone una nueva presa. Y el cienfítico se hace del cadáver de la manera más ingeniosa, burlando a la policía. Realiza el transplante y logra el esperado éxito, revelando en antológica secuencia sus auténticos propósitos, que son de "crear seres humanos, dominar a la Humanidad, ser el Amo del Mundo". Pero, al igual que le pasará al monstruo creado por Peter Cushing en la posterior THE REVENGE OF FRANKENSTEIN (La Venganza de Frankenstein-1958), el luchador resucitado (que se presenta en el ring como "El Vampiro Resucitado") comienza a sufrir una mutación y su aspecto se va degradando y animalizando (en la magnífica película de Terence Fisher, el monstruo se convertía en un ser caníbal, en esta película se torna más similar al del gorila que donó el cerebro). Sobre el final, con el monstruo trepando por un edificio en busca de su enamorada (Columba Domínguez), hay cierto aire a KING KONG (1933).

Como colofón hay que rescatar las increíbles secuencias del laboratorio de Don Panchito, el especial clima macabro que posee en general la película, y el climax con el monstruo aterrorizando a todo el público congregado en el estadio. A pesar de tener unas premisas delirantes y absurdas, la trama resultante es impecable y sabrosa, incluso son apreciables las secuencias de lucha libre (es especialmente salvaje la lucha entre Lobo Negro y Black Shadow), aunque el guión comete el error de liquidar al villano antes de tiempo, apuntando hacia un desenlace previsible y cursi pero no por eso menos emocionante. 

Ladrón de cadáveres: 1956 Trailer:


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