Dime ahora ¿en qué país se oculta
la Doncella Flora, la adorable romana?
¿Dónde yace Archipíada, y dónde Tháis,
las más elegante de las damas?
¿Dónde se esconde Eco, susurrando en qué oídos?
Ella, cuya Belleza era sobrehumana,
Sé que su voz flota sobre el mar y los ríos.
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
¿Dónde habita Heloisa, la juiciosa monja,
por cuya causa Abelardo, según dicen,
perdió la virilidad y abrazó la causa?
(Del Amor ganó tanto dulzura como infancia)
¿Y dónde -le ruego a usted- está la Reina
que la voluntad de Buridán poseyó,
arrojando su cuerpo exánime a las aguas del Sena?
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
La pálida Reina Blanche, Señora de los Lirios,
que con extraña voz de sirena cantaba-
Berta la de Gran Pie, Beatriz, Alice,
y Ermengarde, que en todo Maine reinaba-
y la buena Juana, princesa desatada,
en Lorraine conocida como Buena ama,
que en Rouen quemara al inglés impío;
Virgen soberana ¿dónde yaces guardada?
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
No, nunca preguntes, Justo Señor,
Cuándo se han ido, ni en qué oculto
sitio se encuentran las doncellas de antaño;
salvo que cantéis el conjuro de estos versos:
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
Ballade des dames du temps jadis, Françoise Villon.
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