Dadme más amor o más desprecio;
Lo helado, o el más ardiente calor,
Traen igual calma a mi dolor;
Lo templado nada me brinda;
Cualquier extremo, de odio o amor,
Es más dulce que cualquier delicia.
Dadme una tormenta, si es amor,
Al igual que Dánae en aquel baño dorado,
En placeres he de nadar; si muestra desdén,
Aquel torrente devorará todas mis esperanzas;
Y su recinto en los cielos
Será sólo uno de muchos anhelos.
Entonces corona mis alegrías, o cura mi dolor;
Dadme más amor o más desdén.
Thomas Carew (1594-1640)
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