¡Hermoso río! en el resplandor, clara corriente
de cristal, errante agua.
Eres un emblema del brillo,
de la belleza, del corazón que no huye,
la juguetona sombra de arte
en la hija del viejo Alberto;
pero cuando ella mira en tu ola,
que entonces reluce, y tiembla,
pues, entonces, el más bonito de los arroyos
se parece a su adorador;
ya que en su corazón, como en tu corriente
la imagen yace profundamente,
el corazón de él que tiembla ante el rayo de luz
de los otros ojos, que barren el alma.
Edgar Allan Poe (1809-1849)
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