Los Oráculos Caldeos, son unos textos fragmentarios del siglo II consistentes principalmente en comentarios helenísticos a un único poema misterioso -que pueden haber sido compilaciones de varias fuentes oraculares, a juzgar por los cambios de tema aleatorios- que se cree procede de Caldea -Babilonia-. Parecen ser una combinación sincrética de elementos neoplatónicos con otros de origen persa o babilónico. Neoplatónicos posteriores, como Proclo y Yámblico, los tenían en alta estima. El emperador del siglo IV Juliano sugiere en su Himno a la Magna Mater que era un iniciado del Dios de los Siete Rayos, y un adepto de sus enseñanzas. Cuando los Padres de la Iglesia Cristiana y otros escritores de la Antigüedad Tardía aluden a «los caldeos», se refieren probablemente a esta tradición.
Un análisis de los oráculos caldeos demuestra una similitud con las enseñanzas gnósticas de la época: apasionadas emanaciones se inician del Primer Intelector Paternal transcendental, del que el Segundo Intelecto, el Demiurgo, comprende el cosmos así como a sí mismo. Dentro del Primer Intelecto, un Poder femenino llamado Hécate es, como Sofía, la mediación Mundo-Alma. En la base de todo está la Materia creada, hecha por el Intelecto Demiúrgico. La materia más alejada del Dios Altísimo (el Primer Padre o Intelecto) era considerada una densa cáscara desde la que el alma iluminada debe surgir, desprendiéndose de sus prendas corporales. Se recomienda una combinación de conducta ascética y ritual correcto para liberar el alma de la reclusión y las limitaciones de la materia, y para defenderla contra los poderes demoníacos que acechan en algunos de los reinos entre los Dioses y los mortales.
“Los Oráculos Caldeos pertenece a los libros sagrados que desaparecieron con el incendio de la gran biblioteca de Alejandría. Los que se conservan son fragmentos de un vasto poema que nos descubre que los caldeos fueron algo más que astrólogos y adivinos, al coincidir sorprendentemente con los dogmas de la Teurgia y la filosofía de Platón.
La presente edición, preparada por G. R. S. Mead contiene el texto y los diversos comentarios que se conservan en la joya de la Gnosis de Alejandría”.
Aunque inicialmente Los Oráculos Caldeos se atribuyeron al profeta persa Zoroastro, con posterioridad se llegó a la conclusión de que su autor fue Juliano el Teurgo. Escritos en hexámetros, en el texto se mezclan filosofemas del platonismo medio y el neopitagorismo con representaciones míticas y fantásticas; también hay una clara influencia de la religiosidad oriental y se desprende la intención de comunicar un mensaje divino revelado. Pertenecen al siglo II d. C. En el Renacimiento Los Oráculos Caldeos serán recuperados junto al Corpus Hermeticum de Hermes Trismegistos.
Los Oraculos Caldeos: G.R.S. Mead G.R.S. Mead
En el siguiente enlace se puede ver o descargar:
http://es.scribd.com/doc/54613542/LOS-ORACULOS-CALDEOS-GRS-MEAD
1 comentarios:
Muy interesante. Gracias por el link :)
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