Bastet es una diosa de la mitología egipcia, también denominada Bast, cuya misión era proteger el hogar y simboliza la alegría de vivir, pues se considera la deidad de la armonía y la felicidad.
Se la representaba bajo la forma de un gato doméstico, o bien como una mujer con cabeza de gato, que siempre lleva un sistro (instrumento musical) debido a que le agradaba especialmente que los humanos bailaran y tocaran música en su honor.
Es la personificación de los cálidos rayos del Sol y ejercía sus poderes benéficos. Encarnaba los aspectos pacíficos de diosas peligrosas como Sejmet, que expresaba las cualidades maléficas del Sol.
Como ojo de Atum, estaba asociada a la Luna y protegía los nacimientos y a las embarazadas de las enfermedades y los malos espíritus.
Es una diosa pacífica pero, cuando se enfada, se transforma en una mujer con cabeza de leona, asimilándose a la diosa Sejmet y, algunas veces, es mucho más violenta que esta. Al igual que el animal totémico que la representa, Bastet era una diosa impredecible que podía mostrarse tierna o feroz en cualquier momento.
A veces aparece como hija de Ra o Atum, tomando como madre a Hathor o a Tefnut. En otras ocasiones, forma tríada con Atum o Mahes "El León de Mirada Feroz" como esposos, y con Horhekenu como hijo. Desde el Imperio Antiguo, es la madre del rey, al que ayuda y protege para alcanzar el cielo.
Se la identificaba con la estrella Sirio, de quien se la consideraba Señora y con la deidad sumeria Inanna. Según algunos eruditos, como M. Oldfield Howey, su nombre significa la desgarradora, pese a su carácter principalmente benigno.
Su culto se remonta a los primeros tiempos de la civilización egipcia, habiendo ganado notoriedad más tarde, y se la menciona en los Textos de las Pirámides y el Libro de los Muertos.
La antigua ciudad de Bubastis (hoy Zagazig, en el delta del Nilo) estaba consagrada a su culto, y de allí proceden centenares de gatos momificados que fueron enterrados en su memoria. Su culto fue tan importante que en sus templos se criaron gatos que eran su representación, y a la muerte de éstos, eran cuidadosamente momificados, enterrándolos en tumbas específicas para ellos. Encontramos necrópolis de este tipo en Bubastis, Saqqara, Tanis, Beni Hassan y Tebas.
Los egipcios consideraban a los gatos como manifestaciones de la diosa Bastet y, cuenta la leyenda, que se rendían ante los persas cuando éstos sostenían gatos frente a sus escudos, ya que los persas sabían que los egipcios eran capaces de rendirse antes de lastimar a algún gato. Así fue como perdieron a la ciudad de Pelusio, la actual Puerto Saíd.
En honor a esta diosa en la ciudad de Bubastis se celebraba la "Fiesta de la embriaguez", donde se consumía vino en abundancia, se bailaba y se hacía sonar la música. Esta fiesta se realizaba para que la diosa Bastet se mostrara contenta y halagada, y de este modo no tomara el aspecto de una leona enfurecida.
1 comentarios:
Muy curioso el paralelismo de la palabra Bubastis con el alemán porque "wo Bast ist" significa en alemán: "donde está Bast" y se lee "bo Bast ist" muy parecido a Bubastis. Saludos
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