Todos los rasgos y semejanzas tomadas de la tierra,
Todos los accidentes de la casta y el nacimiento han pasado;
No había rastros del azar en su rostro iluminado,
Alzado de la áspera piedra su espíritu era sólo suyo;
Ella, ella misma y solamente ella
Podía brillar a través de su cuerpo.
Samuel Taylor Coleridge (1772-1834)
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