Los Dioses Primigenios en los Mitos de Cthulhu

Aunque los grandes Dioses Exteriores son los que mayor poder tienen sobre el espacio-tiempo a lo largo del universo, la implicación de los Dioses Primigenios en el devenir de la historia de La Tierra es muy importante. Muchos son los relatos de Lovecraft y otros escritores del género en los que investigadores de lo extraño se cruzan en el camino de cultistas y adoradores de estos dioses. Hasta tal punto son importantes, que uno de ellos es el más famoso de todos, y da nombre a Los Mitos: Cthulhu.

Dioses Primigenios

Los Primigenios son deidades extraterrestres de segundo orden, pero de inmenso poder y tamaño. Parecen tener forma física, pero están más allá del continuo espacio-tiempo. Son venerados por cultos de humanos desquiciados y por razas oscuras. Estos dioses están aprisionados bajo el mar, en el interior de la tierra o en sistemas planetarios lejanos, bien por haber cometido blasfemias contra los Dioses Antiguos o por propia voluntad. En el primer caso, esos Primigenios están impacientes por liberarse de su prisión y clamar venganza. En el otro caso, están a la espera de que el momento de su despertar sea propicio.
Son los siguientes:
Bokrug: Conocido también como El Gran Lagarto Acuático, y La Maldición de Sarnath. Tiene el aspecto de un enorme lagarto. Es el protector del pueblo semi-anfibio de Ib, que fue masacrado hace mil años por los habitantes de la ciudad de Sarnath. Aparece en ‘La Maldición de Sarnath’, con floridas consecuencias para los descendientes de los que acabaron con sus adoradores.






Chaugnar Faugn: Conocido también como El Horror de las Colinas, El Alimentador, y Caug-Narfagn. Es un humanoide con cabeza de elefante, y es capaz de drenar a sus víctimas. Tiene un papel destacado en ‘El Horror en el Museo’.









Cthulhu: Conocido también como El Dios Durmiente, Señor de R’lyeh, El Gran Sacerdote, Kthulhut, y Tulu. Es un inmenso humanoide alado con cabeza de pulpo, el favorito de los niños. Sus adoradores cantan el siguiente ritual: “Ph’nglui mglw’nafh Cthulhu R’lyeh wgah’nagl fhtagn”, que como todo el mundo sabe, significa “En su hogar de R’lyeh Cthulhu yace esperando dormido”. Cuando Cthulhu despierte, devorará las almas de todos los hombres, de ahí que sepamos que aún no ha despertado. También sabemos que mientras no despierta del todo, responde las llamadas del público. Lovecraft habla de él y sus entrañables servidores en ‘En las Montañas de la Locura’, ‘La Llamada de Cthulhu’, ‘El Horror en el Museo’, ‘El Túmulo’, y ‘El Diario de Alonzo Typer’.

Padre Dagon y Madre Hidra: Tienen el mismo aspecto que los profundos, humanoides con rasgos de peces, pero de un tamaño descomunal. Lovecraft cuenta sus aventuras en ‘Dagon’, y en ‘La Sombra sobre Innsmouth’. Madre Hidra es la consorte de Dagon, y no se sabe con certeza si es una primigenia o simplemente una profunda de gran tamaño.














Nug y Yeb: Conocidos también como Las Blasfemias Gemelas. Parecen horribles masas nubosas oscuras, muy similares al Dios Exterior Shub-Niggurath, puesto que descienden de éste y de Yog-Sothoth. Además, Nug es el papá de nuestro querido Cthulhu. Lovecraft habla de ellos en el relato ‘La Última Prueba’.







Hastur: Conocido también como El Innombrable, Aquel Cuyo Nombre No Debe Ser Pronunciado, Señor de los Espacios Interestelares, y El Rey Amarillo. Su verdadera forma es un misterio, se dice que es amorfo, posiblemente octopoide. Lovecraft nos lo presenta en ‘El Susurrador en la Oscuridad’.







Rhan-Tegoth: Conocido también como El del Trono de Marfil. Es un humanoide muy alto, con apéndices cangrejiles, difíciles de describir con palabras humanas, y que hace su aparición estelar en ‘El Horror en el Museo’.




Yig: Conocido también como Padre de Serpientes, se presenta como un humanoide serpentil, cubierto de escamas. De humor voluble, es fácil cabrearle pero tampoco es complicado complacerle. El riesgo no suele compensar, por cierto. Lovecraft le dedica el relato ‘La Maldición de Yig’.

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