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Las Hespérides.

Hesperides: or the works both human and divine.
Robert Herrick (1591-1674)

Prólogo.

Yo canto a los arroyos, los capullos,
Los pájaros y las glorietas;
Las flores de Abril, de Mayo, de Junio y Julio.
Canto las romerías, las verbenas y las orgías;
Los novios y las novias, y sus pasteles de boda.
Escribo sobre la juventud y el amor,
Y así rozo la delicada picardía.
Canto los rocíos, las lluvias y los bálsamos,
Ungüentos, especias y ámbar gris.
Canto el tiempo efímero,
Y digo cómo se volvieron rojas las rosas,
Blancos los lirios.
Hablo de arboledas y crepúsculos;
De la corte de Mab y del rey de las hadas.
Hablo del infierno; canto
(Y nunca cesaré de cantarlo)
El Paraíso; y algún día espero ganarlo.

Robert Herrick (1591-1674)

A su amada.

To his Mistress; Robert Herrick (1591-1674)

Objecting to him neither Toying or Talking.
Reprochándole que no jugara ni hablara.

Dices que no te amo
porque ya no juego con tus rizos,
ni me paso el tiempo besándote;
también me reprochas que no invento
un juego para las niñas de tus ojos.
Juro por la religión del amor:
Cuando menos lo digo, más amo.
Solo los dolores leves pueden expresarse,
se sabe que los barriles llenos no hacen ruido.
Las aguas profundas son silenciosas,
las corrientes ruidosas no tienen hondura.
Por eso, cuando el amor es mudo
expresa una profundidad
y esa profundidad es infinita.
Y ya que mi amor es tácito,
comprenderás que hablo poco
porque amo demasiado.

Robert Herrick (1591-1974)

A la música.

Robert Herrick (1591-1674)

Encántame, adorméceme y consúmeme con tus deliciosas armonías;
Déjame arrebatado alejarme en tranquilos sueños.
Alivia mi mente enferma, adorna mi lecho,
Tú, poder que puedes librarme de este dolor;
Hazlo rápidamente, aunque no consumas mi fiebre.

Con dulzura, tu conviertes su fuego voraz en una llama cálida,
Y luego la haces expirar; ayúdame a llorar mis penas,
Y concédeme tal descanso que yo, pobre de mi,
Crea que vivo y muero entre rosas.

Cae sobre mi como un rocío silencioso,
O como esas lluvias virginales que en la aurora
Esparcen su bautismo sobre las flores.
Diluye, derrite mis sufrimientos con tus suaves acordes;
Que yo pueda entre deleites abandonar esta luz,
y alzar mi vuelo hacia el Paraíso.

Robert Herrick (1591-1674)